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La semiótica de la imagen de Deleuze se basa en una cinética del movimiento que renueva la filosofía y la teoría del cine. La materia comprende todas las imágenes, mientras que la percepción abre una perspectiva miope sobre estas imágenes, tomando como marco la imagen particular de un cuerpo. En este universo acentrado, la subjetividad actúa como encuadre y corte, un intersticio entre imágenes. Una percepción se forma cuando una imagen es individualizada, y esta individuación se formula en términos de una génesis cinematográfica. La imagen-movimiento despliega su abanico subjetivo de imágenes-percepción, imágenes-acción e imágenes-afección. Estos tres momentos materiales corresponden a las categorías del cine (semiótica) y a los momentos de una génesis de la subjetividad (cinética). La imagen-percepción sustrae de otras imágenes todo lo que no se relaciona con su acción; su encuadre permite que la imagen-acción infunda indeterminación en las otras imágenes, curvando el universo en torno a su acción posible; por último, la imagen-afección determina el vínculo entre las percepciones (imágenes) y las acciones (movimientos) del arco sensoriomotor. Estos tres momentos aseguran el análisis del cine clásico: los tres tipos de imágenes, que corresponden a los géneros de películas y a los tipos de encuadre, son equivalentes. La imagen-percepción, y su panorámica (western), no es mejor que el plano medio y el montaje acelerado de la imagen-acción (film noir), ni que el primer plano de la imagen- afección (cine psicológico). Sin embargo, la imagen-afección, el primer plano, tiene la capacidad de conducir la imagen-movimiento a la imagen-tiempo. La distensión del arco sensoriomotor abre el movimiento, la acción individualizada y real, a su vibración virtual e intensiva: el afecto del tiempo surge del fracaso del esquema sensoriomotor, y el cine nos hace percibir "un poco de tiempo en su estado puro" (Proust). El objetivo es explorar esta definición de subjetividad, que se basa en la técnica cinematográfica del montaje, y renueva la cuestión del tiempo tanto como la del sujeto.