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La noción de “individuo biológico” es crucial para los estudios de genética, inmunología, evolución, desarrollo, anatomía y fisiología. Cada una de estas subdisciplinas biológicas tiene una concepción específica sobre la individualidad, que han provisto históricamente de contextos conceptuales para integrar datos recientemente adquiridos. Durante la década pasada, el análisis de ácido nucleico, especialmente secuencias genómicas y técnicas de ARN de alto rendimiento, ha desafiado cada una de las definiciones disciplinarias, encontrando significantes interacciones de animales y plantas con microorganismos simbióticos que rompen las barreras que han caracterizado al individuo biológico. Los animales no pueden ser considerados individuos por criterios anatómicos y fisiológicos, debido a la diversidad de simbiontes que están presentes en la ejecución de vías metabólicas como para lograr funciones fisiológicas. Del mismo modo, estos nuevos estudios han demostrado que el desarrollo animal es incompleto sin simbiontes. Los simbiontes también constituyen un segundo modo de herencia genética, proporcionando una variación genética seleccionable para la selección natural. El sistema inmune también desarrolla, en parte, un diálogo con simbiontes y a partir de ahí funciona como un mecanismo para integrar microbios en la comunidad de células animales. Reconociendo al “holobionte”, - el eucariota multicelular más sus colonias simbiontes persistentes – como una unidad críticamente importante de anatomía, desarrollo, fisiología, inmunología y evolución, que se abre a nuevas vías de investigación y desafía conceptualmente las formas en que las subdisciplinas biológicas han caracterizado hasta ahora a las entidades vivientes.